jueves, 2 de febrero de 2012

...para hablar de nuestra nueva Carrera Oficial

El 27 de enero la Almería cofrade dio un paso de gigante para dotar de un mayor sentido y significado a nuestros desfiles procesionales aprobando la propuesta de trasladar la Carrera Oficial a la Plaza de la Catedral. Es una iniciativa largamente demandada y que se debería aprovechar para reivindicar el papel que las cofradías juegan en la Iglesia Católica y, en menor medida, para resolver algún que otro problema estético que, a mi parecer, es momento de atajar.

El Concilio Vaticano II recuperó el concepto de religiosidad popular y, con él, otorgó a las hermandades y cofradías un papel fundamental dentro de la Iglesia. Las agrupaciones de devotos eran un nuevo y fecundo campo de personas con un profundo sentimiento religioso a quienes había que orientar para darle un sentido a su devoción. De esta manera nacía la figura de los directores espirituales y/o Consiliarios; los sacerdotes encargados de catequizar a esas masa de devotos.

La Carrera Oficial se va a la catedral, lo ha pedido el pueblo y lo ha hecho porque reclama un mayor sentido religioso para nuestras procesiones. No cabe duda de que la labor que empezaron a realizar los Consiliarios en las hermandades ha sido de provecho para los hermanos con el paso de los años. El pueblo laico exige incorporar la ESTACION DE PENITENCIA como eje fundamental de nuestras procesiones y, con ello, es el propio pueblo quien pide que su devoción tenga un sentido religioso profundo. Que se haya conseguido este primer paso es un acierto evangelizador de proporciones hasta ahora desconocidas en Almería.

Ahora la Iglesia tiene que poner de su parte un poco más y, respondiendo a ese hambre de Dios que tienen las hermandades, no debería dudar un segundo en alimentarlas. ¿Qué se pide? ¿Un monumento ante el que rendir pleitesía? ¡Pues hagámoslo!  ¡Y cuanto más espectacular mejor! El Obispado puede aprovechar esta ocasión única y subirse al  carro cofrade. Si el derroche de arte de nuestros pasos puede servir para conmover las almas cristianas de los almerienses, ¿Cuánto podría conmover un monumento excepcional? Dios está también en la estética y ese es el carro que debe aprovechar ahora la Iglesia para, de paso, continuar catequizando en comunión con las cofradías.

Es el momento de dotar de toda la seriedad que se merece al momento íntimo de postrarse ante el Cuerpo de Cristo en procesión. Almería puede hacerlo a las puertas del primer Templo de la Diócesis ante todo el pueblo y, precisamente por esto, tenemos que demostrar cuán importante lo sentimos los cofrades.
Yo, personalmente, creo que este avance nos ofrece la posibilidad de situar al espectador en el lugar que se merece y reordenar el desorden de los medios de comunicación. A mi entender es el momento de que las sillas inunden la calle Cervantes y la Plaza de la Catedral, de que la tribuna Oficial no entorpezca la visión a los almerienses y de que los medios de comunicación no paseen libremente entre penitentes, pasos y bandas, mientras las cofradías discurren por la Carrera Oficial.

La Tribuna de autoridades a la puerta de Palacio, detrás del mar de sillas, y la tribuna de prensa, pequeñita, también detrás, al lado de la otra. Que no es necesario estar en primera línea para contar lo que también se puede contar desde el fondo de la plaza sin estorbar a nadie. Y la tele… ¡Ay la tele…!

En mi ilusión por soñar con una carrera Oficial ideal, había dibujado el lugar en el que situar a los medios para que pudieran desempeñar su trabajo sin enturbiar el entorno y, si quieren, estaré encantado de compartirlo con la agrupación por si, en mis fantasías, existiera alguna medida interesante sobre la que trabajar. Y, si no os la cuento en esta entrada, es porque se trata tan solo de un borrador que no conoce todos los matices a tener en cuenta y que, por tanto, podría hasta resultar ridículo expuesto así, tan en frio y a vuelapluma.

Pero si algo tengo claro es que el traslado de la Carrera Oficial a la Plaza de la Catedral va a resultar mucho más beneficioso de lo que imaginamos y que, aprovechando que empezamos a movernos en un “mundo nuevo”, es también el momento de revisar todos los factores implicados en busca de mejorar nuestros desfiles procesionales tanto en la Fe como en su puesta en escena. Enhorabuena Almería, pasito a paso avanzas hacia una Semana Santa plena de sentido.

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