domingo, 29 de noviembre de 2015

¿Quién es la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Almería?



Lo siento, no puedo callarme. Y entiendo que mis palabras puedan no gustar y puedan ser motivo de mofa y escarnio. No me importa. Pero no puedo quedarme callado cuando veo una injusticia pues, de hacerlo, sería cómplice de la misma. Además, ya sabes lo que me gusta a mí un ‘fregao’ y el tiempo que hace que asumí que estoy en el punto de mira de algunas personas que me tienen inquina por las más diversas razones. Pero también sabes que mis intenciones siempre son puras, que las críticas me conmueven pero no me hieren y que soy un soñador. Un soñador que anhela un mundo de Paz, donde la gente trabaje por un bien común, donde se reme a una en la misma dirección, donde la humildad nos permita ver nuestras limitaciones y nos de fuerzas para pedir ayuda. Un mundo que una, en definitiva, no que separe.

¿Quién es la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Almería? Porque yo digo que somos todos y no hago más que encontrarme con comportamientos en quienes me rodean que manifiestan todo lo contrario. Parece como si la Agrupación fuera “esa cosa”, algo externo a los que se llaman cofrades, algo que no va con ellos.

Ayer, 28 de noviembre de 2015, la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Almería celebró su II Concierto de música cofrade “Cristo Rey” y, tristemente, el acto dejó patente la ruptura, desapego, desaliento, desánimo y/o decepción que los cofrades almerienses sienten por una institución que es suya, cuya razón de ser son los hermanos y cofrades de Almería. Y eso da mucha pena.

El evento empezó a despertar tiranteces conforme se indicó a las hermandades almerienses que tenían que hacerse cargo de vender las entradas, veinte por hermandad, y que el importe de tal encargo, ciento veinte euros (seis por entrada), se descontaría, en todo o en parte, de su parte correspondiente de la subvención que cada hermandad recibe si no se vendían.

Veinticuatro hermandades agrupadas, veinte entradas cada una… ¡La madre de todos los despropósitos! ¿De verdad es tan difícil vender veinte entradas en una hermandad? ¡¿A seis euros la entrada?!

Perdóname la ironía, Rocío, pero estoy convencido de que, si vender veinte entradas es un problema, eso dice muy poco a favor de la capacidad de trabajo de las Juntas de Gobierno de nuestras hermandades como también dice muy poco a favor de los hermanos de esas mismas hermandades que tampoco muestran interés por los llamamientos que reciben de sus Juntas de Gobierno.

Ya conoces el resultado, Señora. De las cuatrocientas ochenta entradas (20 entradas/hdad X 24 hermandades agrupadas = 480), apenas 200 butacas, si llegaron, estuvieron ocupadas (de un aforo de casi 900 asientos que tiene el Auditorio Municipal Maestro Padilla al que, siendo veraces, hay que restar las trescientas que ocuparon los músicos que participaron en el concierto). En resumen, doscientas de seiscientas.

Personalmente, me parece una decepción.

Un cofrade, al que ya conoces porque tiene también el corazón tocado por tu varita y a quien tengo en alta estima porque su trayectoria personal, profesional y religiosa le avala y admiro, me exponía su opinión argumentando que, el concierto, ha venido en unas fechas inadecuadas. Ha coincidido con el fin de semana de la Gran recogida de alimentos, en el que participan activamente nuestras hermandades (cosa que les honra, indudablemente) y, noviembre, es una época en la que los almerienses piensan más en villancicos que en marchas procesionales. Aparte, nuestro concierto ha coincidido con el evento “Capricho Cofrade” que se celebraba en Granada y que arrastra a un gran número de cofrades provenientes de muchos puntos de Andalucía. Almería incluida.

El concierto se celebró con normalidad. Las cuatro formaciones que intervinieron pusieron todo su cariño y su profesionalidad en aras de dar valor al concierto y la Agrupación de Hermandades y Cofradías culminó su obra benéfica anual y entregó la recaudación a la Casa de Nazaret.

Preguntaba antes que quién es la Agrupación por lo siguiente…

Tras el concierto volví a casa y me encontré con dos reveses que me conmovieron y que me han animado a escribir esta reflexión. Te los cuento…

En una conversación privada, un amigo hacía una broma en referencia al sistema propuesto para la venta de entradas y preguntaba que cuándo iba su hermandad a darle a la Agrupación la lotería de Navidad que le quedaba por vender para que fuera ésta quien la vendiera. Y, entonces, vi el problema de nuestros cofrades:

No se sienten Agrupación y, a mi entender, parece que tampoco comprenden que ellos también son Agrupación y que, la Agrupación, somos todos; Todos los cofrades y hermanos que pertenecemos y formamos parte de la nómina de nuestras hermandades. La Agrupación no es una hermandad más, no tiene una nómina propia de hermanos sino que, sus hermanos, son los de las propias hermandades y, simplemente, se sirve de una herramienta en forma de Junta de Gobierno para administrar y coordinar el trabajo que busca lo mejor para todos los cofrades almerienses.

¿Quién debe por tanto vender las entradas de un evento que organiza la Agrupación? ¿Su Junta de Gobierno? ¿Qué hacen las Juntas de Gobierno de las hermandades cuando tienen que vender cosas? ¿Cuentan con sus hermanos, no? ¿Y quiénes son los hermanos de la Agrupación?

En mi opinión, las iniciativas que promueve la Agrupación de Hermandades y Cofradías tendrían que ser secundadas por todos los hermanos y cofrades almerienses puesto que nacen de nosotros mismos y del sentimiento común que nos une: La fe en Dios.

Sí, Rocío, ya sé que el asunto es más complejo y que, como somos hombres y mujeres quienes lo manejamos y somos imperfectos, el resultado siempre tendrá imperfecciones. Y sé que esas imperfecciones dolerán más cuando afecten al tema dinero, a nuestro bolsillo y el de nuestras hermandades. A las que, soy consciente, les cuesta mucho trabajo ganar “un duro”.

Lo digo, Señora, porque entiendo que habrá quien argumente que, restar de la subvención de las hermandades la diferencia de les entradas no vendidas, es injusto y una jugarreta. Pero, que yo sepa, la subvención de la que hablo persigue hacer crecer nuestra Semana Santa y, el concierto de Cristo Rey (aparte de ser una obra benéfica de todos los cofrades de Almería) es otra herramienta más para hacerla crecer.

Y, si alguien se quiere poner técnico y alegar que la subvención se entrega en concepto de ayuda y reconocimiento a las cofradías que pasan por Carrera Oficial en fechas de Semana Santa por la repercusión que esto tiene en la economía municipal, que tenga el valor de defender también esa postura delante de las Hermandades de Gloria que no procesionan en tiempos de Semana Santa y de aquellas que, saliendo a la calle en fechas, no pasan por Carrera Oficial y también reciben su parte del pastel.

Es lo que te decía de las imperfecciones, Rocío, que, por querer hacer lo mejor para todos, se cometen errores y se producen situaciones que se pueden opinar como injustas.

¿Por qué hay cofrades que se quejan de que, la institución que les representa y defiende a todos, use el dinero de una u otra manera? ¿Es porque sus hermandades no ingresan? ¿Solo por eso? ¿Por algo más? ¿Y eso vale más que un concierto para todos que, además, en nombre de todos, se hace por hacer más grande a nuestra Semana Santa, a nuestras hermandades de Pasión y de Gloria y que, además, es una obra benéfica de todos que aporta alrededor de dos mil cuatrocientos euros a una institución asistencial almeriense?

¿De verdad vale más para un cofrade el gasto del hombre que la donación en nombre de Dios?

Y sabes, Rocío, que entiendo que los asuntos terrenales tienen normas y plazos que confieren a ese gasto del hombre una importancia indudable pero también sé que, lo que no “se saca” de aquí, se puede sacar de allá. En eso consiste el trabajo, el trabajo que los cofrades hacemos para honrar el nombre de tu hijo de todas las formas que se nos ocurre.

Te decía antes que los cofrades almerienses no se sienten parte de la Agrupación y puedo entender que sea por las situaciones de injusticia que la administración que realiza su Junta de Gobierno. Y, eso, agrava la situación. Si no me siento parte de algo, no me implico con ese algo. En eso creo que no habrá nadie que opine lo contrario. Sin embargo somos de ir más allá y, lejos de quedarnos en la no implicación, también nos quejamos de lo que hacen quienes sí que se implican.

¿Puede haber algo más incongruente? (aparte de que, para un cofrade, sea más importante el gasto del hombre que la donación en nombre de Dios)

Todos los cofrades nos estamos equivocando. Absolutamente todos. Ni vemos nuestro proyecto común porque se desintegra en hermandades y cofradías, ni sabemos integrarlo ni queremos hacerlo. Y, a los que asumen la responsabilidad de coger las riendas del proyecto, ni se les ayuda, ni se les respeta. Por el contrario, se les critica.

Te decía también antes que fueron dos los reveses que me han animado a escribir esta reflexión. El segundo de ellos tiene que ver, precisamente, con las críticas.

En estas letras he hecho referencia a dos personas de las que no he dicho su nombre porque sus comentarios se han hecho dentro del ámbito privado y, mientras no me digan lo contrario, están en su derecho de permanecer en el anonimato. Ahora, sin embargo, si voy a dar un nombre porque, las palabras que ha pronunciado y que le traen a mi reflexión, las ha hecho desde un plataforma pública.

“Liyos” Mora es otro cofrade almeriense de los que, sin dudar de su buen fondo, se equivoca con las formas. Está en su libertad de opinar como mejor le parezca, luego yo también. En su libertad de actuación está también la responsabilidad de asumir las consecuencias de sus actos, luego en la mía también. Y me dedica las siguientes palabras:

“Buenos presentadores se busca la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Almería para los certámenes de bandas. Vaya telita… Así nos va en todo…”

Quiero agradecerle que me diga en público que mi trabajo no ha sido el que a él le habría gustado. Incluso que opine que no lo he hecho bien y que he cometido errores y equivocaciones. Quiero darle las gracias también por su aportación a la obra benéfica de la Agrupación hacia la Casa de Nazaret.

¿Que he cometido errores? Desde luego. Lo pasé fatal cuando, entre mis papeles, era incapaz de encontrar el nombre del Director de la Banda de Música “Las Golondrinas” de Vélez Málaga cuando le reclamé para entregarle un recuerdo del evento, o cuando me salté el repertorio que esta misma banda iba a interpretar o... Soy consciente de mis errores. ¿Qué mi manera de conducir el evento no ha sido la que él esperaba? No creo que deba justificarme por hacer las cosas como las siento ¿Qué hay gente más capacitada que yo para hacer este trabajo? Por supuesto. Me vienen a la mente, para empezar, tres nombres. Y, si lo pienso un poco más, seguro que encuentro otros tantos. Pero también tengo claro que el nombre de “Liyos” Mora no está entre ellos.

¿Que así nos va en todo? Ya he dicho antes que nos estamos equivocando todos los cofrades almerienses. Así que a cada uno nos corresponde analizar cuánto somos capaces y estamos dispuestos a dar y actuar en consecuencia. Logrando aciertos o cometiendo errores. Pero actuando, implicándose.

Le he puesto de nombre a esta entrada “¿Quién es la Agrupación de Cofradías?” porque quiero que mi respuesta sea TODOS. Pienso en positivo porque quiero construir, no quiero destruir. Por eso busco el lado bueno de todas las cosas, incluidos los reveses. Esta es mi postura, mi compromiso y trabajo en consecuencia. Con mis errores y con mis aciertos, con mi imperfección de hombre y mis anhelos hacia Dios.

Y te doy gracias, Rocío, por todas las señales y enseñanzas que dejas en el camino que me lleva a tu bendito Hijo.

lunes, 2 de noviembre de 2015

Ya es Noviembre...



Ya ha asomado NOVIEMBRE en el calendario y siento como vuelve a cambiarme la forma en la que me late el corazón y que es solo comparable a la que se produce en tiempos de Pentecostés. Ya es NOVIEMBRE, el mes de nuestro encuentro más íntimo, la oportunidad de volver a estar contigo y de que mi Hermandad se muestre con todo su empaque y con todo su tronío. Noviembre, el mes que toma el pulso a la realidad rociera almeriense y que es una explosión de amor en gotas de Rocío.

Hace un tiempo escribí, aunque nunca llegó a publicarse, que no sé el tiempo que hace que Noviembre se ha convertido en Noviembre pero que me encanta. Mi hermandad podrá tener sus claros y sus oscuros pero, en Noviembre y a tus plantas, es grande, unida y devota. Es tu familia almeriense, tu gran familia almeriense.

Y es que Noviembre trasciende a la propia hermandad y se convierte casi en evento diocesano. En la aldea se reúnen miles de almerienses de diferentes puntos de la provincia en viajes organizados por diversas parroquias o por asociaciones vecinales y, el domingo a las diez, están contigo esperando a la hermandad que las representa y que lleva su nombre.

Y ya sabes cómo está tu casa de revuelta desde antes de las nueve de la mañana…

Todo eso lo haces Tú, y te sirves de tu hermandad almeriense como instrumento. Nos congregas a tus plantas, con lo que sabes que eso nos alegra y nos llena, nos das la oportunidad de volver a estar contigo y, además, nos regalas la ocasión de poder ser y sentirnos verdaderos hermanos durante un fin de semana.

Es lo que te contaba de los claros y los oscuros…

Señora, cada uno es de su padre y de su madre y las opiniones y los gustos son tan infinitos como los colores. Eso crea tensiones y controversias y momentos oscuros. Pero, sin embargo, todas las opiniones se mueven por la misma razón, lo muchísimo que te quieren. Por eso Noviembre es tan especial. Porque estamos todos en la misma casa, en la misma aldea y con la misma ilusión: Que estamos contigo. Es tanto el amor que se despierta en nosotros que borra tensiones y controversias y que da luz. Una luz tan grande que eclipsa cualquier oscuridad.

Yo mismo, Madre, que sabes lo particular que es mi relación con mi hermandad. Es entre las encaladas paredes de nuestra casa en la aldea donde mejor estoy con todos mis hermanos. Es donde veo la profundidad de su bondad y donde, creo, mejor se ve también la mía. ¡Y la sensación es tan plena…!

Este año, además, los rocieros almerienses vamos a terminar de llenar de luz una de nuestras oscuridades más profundas. El sábado por la tarde volveremos a estar, de nuevo, todos juntos. Y, el domingo por la mañana, lo ratificaremos con toda Almería de testigo.

Es un fin de semana de derroche rociero, uno más íntimo que tu fiesta grande de Pentecostés, más “pa” nosotros. Con un sábado que sabe a Sevilla y a Rosario marismeño y un domingo que impregna de olor a Almería las benditas arenas de tu Reino y que colma a tus romeros de la Gracia de tus dones.

Que mira, Rocío, como será Noviembre de grande que ya hay almerienses que nos pedimos el viernes de vacaciones para disfrutarlo más tiempo contigo.