Lo siento, no puedo callarme. Y entiendo que mis palabras
puedan no gustar y puedan ser motivo de mofa y escarnio. No me importa. Pero no
puedo quedarme callado cuando veo una injusticia pues, de hacerlo, sería
cómplice de la misma. Además, ya sabes lo que me gusta a mí un ‘fregao’ y el
tiempo que hace que asumí que estoy en el punto de mira de algunas personas que
me tienen inquina por las más diversas razones. Pero también sabes que mis
intenciones siempre son puras, que las críticas me conmueven pero no me hieren
y que soy un soñador. Un soñador que anhela un mundo de Paz, donde la gente
trabaje por un bien común, donde se reme a una en la misma dirección, donde la
humildad nos permita ver nuestras limitaciones y nos de fuerzas para pedir
ayuda. Un mundo que una, en definitiva, no que separe.
¿Quién es la Agrupación de Hermandades y Cofradías de
Almería? Porque yo digo que somos todos y no hago más que encontrarme con
comportamientos en quienes me rodean que manifiestan todo lo contrario. Parece
como si la Agrupación fuera “esa cosa”, algo externo a los que se llaman
cofrades, algo que no va con ellos.
Ayer, 28 de noviembre de 2015, la Agrupación de Hermandades
y Cofradías de Almería celebró su II Concierto de música cofrade “Cristo Rey”
y, tristemente, el acto dejó patente la ruptura, desapego, desaliento, desánimo
y/o decepción que los cofrades almerienses sienten por una institución que es
suya, cuya razón de ser son los hermanos y cofrades de Almería. Y eso da mucha
pena.
El evento empezó a despertar tiranteces conforme se indicó a
las hermandades almerienses que tenían que hacerse cargo de vender las
entradas, veinte por hermandad, y que el importe de tal encargo, ciento veinte
euros (seis por entrada), se descontaría, en todo o en parte, de su parte
correspondiente de la subvención que cada hermandad recibe si no se vendían.
Veinticuatro hermandades agrupadas, veinte entradas cada una…
¡La madre de todos los despropósitos! ¿De verdad es tan difícil vender veinte
entradas en una hermandad? ¡¿A seis euros la entrada?!
Perdóname la ironía, Rocío, pero estoy convencido de que, si
vender veinte entradas es un problema, eso dice muy poco a favor de la
capacidad de trabajo de las Juntas de Gobierno de nuestras hermandades como
también dice muy poco a favor de los hermanos de esas mismas hermandades que
tampoco muestran interés por los llamamientos que reciben de sus Juntas de
Gobierno.
Ya conoces el resultado, Señora. De las cuatrocientas
ochenta entradas (20 entradas/hdad X 24 hermandades agrupadas = 480), apenas 200
butacas, si llegaron, estuvieron ocupadas (de un aforo de casi 900 asientos que
tiene el Auditorio Municipal Maestro Padilla al que, siendo veraces, hay que
restar las trescientas que ocuparon los músicos que participaron en el
concierto). En resumen, doscientas de seiscientas.
Personalmente, me parece una decepción.
Un cofrade, al que ya conoces porque tiene también el
corazón tocado por tu varita y a quien tengo en alta estima porque su
trayectoria personal, profesional y religiosa le avala y admiro, me exponía su
opinión argumentando que, el concierto, ha venido en unas fechas inadecuadas.
Ha coincidido con el fin de semana de la Gran recogida de alimentos, en el que
participan activamente nuestras hermandades (cosa que les honra,
indudablemente) y, noviembre, es una época en la que los almerienses piensan
más en villancicos que en marchas procesionales. Aparte, nuestro concierto ha
coincidido con el evento “Capricho Cofrade” que se celebraba en Granada y que
arrastra a un gran número de cofrades provenientes de muchos puntos de
Andalucía. Almería incluida.
El concierto se celebró con normalidad. Las cuatro formaciones
que intervinieron pusieron todo su cariño y su profesionalidad en aras de dar
valor al concierto y la Agrupación de Hermandades y Cofradías culminó su obra
benéfica anual y entregó la recaudación a la Casa de Nazaret.
Tras el concierto volví a casa y me encontré con dos reveses
que me conmovieron y que me han animado a escribir esta reflexión. Te los
cuento…
En una conversación privada, un amigo hacía una broma en
referencia al sistema propuesto para la venta de entradas y preguntaba que
cuándo iba su hermandad a darle a la Agrupación la lotería de Navidad que le
quedaba por vender para que fuera ésta quien la vendiera. Y, entonces, vi el
problema de nuestros cofrades:
No se sienten Agrupación y, a mi entender, parece que
tampoco comprenden que ellos también son Agrupación y que, la Agrupación, somos
todos; Todos los cofrades y hermanos que pertenecemos y formamos parte de la
nómina de nuestras hermandades. La Agrupación no es una hermandad más, no tiene
una nómina propia de hermanos sino que, sus hermanos, son los de las propias
hermandades y, simplemente, se sirve de una herramienta en forma de Junta de
Gobierno para administrar y coordinar el trabajo que busca lo mejor para todos
los cofrades almerienses.
¿Quién debe por tanto vender las entradas de un evento que
organiza la Agrupación? ¿Su Junta de Gobierno? ¿Qué hacen las Juntas de
Gobierno de las hermandades cuando tienen que vender cosas? ¿Cuentan con sus
hermanos, no? ¿Y quiénes son los hermanos de la Agrupación?
En mi opinión, las iniciativas que promueve la Agrupación de
Hermandades y Cofradías tendrían que ser secundadas por todos los hermanos y
cofrades almerienses puesto que nacen de nosotros mismos y del sentimiento
común que nos une: La fe en Dios.
Sí, Rocío, ya sé que el asunto es más complejo y que, como
somos hombres y mujeres quienes lo manejamos y somos imperfectos, el resultado
siempre tendrá imperfecciones. Y sé que esas imperfecciones dolerán más cuando
afecten al tema dinero, a nuestro bolsillo y el de nuestras hermandades. A las
que, soy consciente, les cuesta mucho trabajo ganar “un duro”.
Lo digo, Señora, porque entiendo que habrá quien argumente
que, restar de la subvención de las hermandades la diferencia de les entradas
no vendidas, es injusto y una jugarreta. Pero, que yo sepa, la subvención de la
que hablo persigue hacer crecer nuestra Semana Santa y, el concierto de Cristo
Rey (aparte de ser una obra benéfica de todos los cofrades de Almería) es otra
herramienta más para hacerla crecer.
Y, si alguien se quiere poner técnico y alegar que la
subvención se entrega en concepto de ayuda y reconocimiento a las cofradías que
pasan por Carrera Oficial en fechas de Semana Santa por la repercusión que esto
tiene en la economía municipal, que tenga el valor de defender también esa
postura delante de las Hermandades de Gloria que no procesionan en tiempos de
Semana Santa y de aquellas que, saliendo a la calle en fechas, no pasan por
Carrera Oficial y también reciben su parte del pastel.
Es lo que te decía de las imperfecciones, Rocío, que, por
querer hacer lo mejor para todos, se cometen errores y se producen situaciones
que se pueden opinar como injustas.
¿Por qué hay cofrades que se quejan de que, la institución
que les representa y defiende a todos, use el dinero de una u otra manera? ¿Es
porque sus hermandades no ingresan? ¿Solo por eso? ¿Por algo más? ¿Y eso vale
más que un concierto para todos que, además, en nombre de todos, se hace por
hacer más grande a nuestra Semana Santa, a nuestras hermandades de Pasión y de
Gloria y que, además, es una obra benéfica de todos que aporta alrededor de dos
mil cuatrocientos euros a una institución asistencial almeriense?
¿De verdad vale más para un cofrade el gasto del hombre que
la donación en nombre de Dios?
Y sabes, Rocío, que entiendo que los asuntos terrenales tienen
normas y plazos que confieren a ese gasto del hombre una importancia indudable
pero también sé que, lo que no “se saca” de aquí, se puede sacar de allá. En eso
consiste el trabajo, el trabajo que los cofrades hacemos para honrar el nombre
de tu hijo de todas las formas que se nos ocurre.
Te decía antes que los cofrades almerienses no se sienten
parte de la Agrupación y puedo entender que sea por las situaciones de
injusticia que la administración que realiza su Junta de Gobierno. Y, eso, agrava
la situación. Si no me siento parte de algo, no me implico con ese algo. En eso
creo que no habrá nadie que opine lo contrario. Sin embargo somos de ir más
allá y, lejos de quedarnos en la no implicación, también nos quejamos de lo que
hacen quienes sí que se implican.
¿Puede haber algo más incongruente? (aparte de que, para un
cofrade, sea más importante el gasto del hombre que la donación en nombre de
Dios)
Todos los cofrades nos estamos equivocando. Absolutamente
todos. Ni vemos nuestro proyecto común porque se desintegra en hermandades y
cofradías, ni sabemos integrarlo ni queremos hacerlo. Y, a los que asumen la
responsabilidad de coger las riendas del proyecto, ni se les ayuda, ni se les
respeta. Por el contrario, se les critica.
Te decía también antes que fueron dos los reveses que me han
animado a escribir esta reflexión. El segundo de ellos tiene que ver,
precisamente, con las críticas.
En estas letras he hecho referencia a dos personas de las
que no he dicho su nombre porque sus comentarios se han hecho dentro del ámbito
privado y, mientras no me digan lo contrario, están en su derecho de permanecer
en el anonimato. Ahora, sin embargo, si voy a dar un nombre porque, las
palabras que ha pronunciado y que le traen a mi reflexión, las ha hecho desde
un plataforma pública.
“Liyos” Mora es otro cofrade almeriense de los que, sin
dudar de su buen fondo, se equivoca con las formas. Está en su libertad de
opinar como mejor le parezca, luego yo también. En su libertad de actuación
está también la responsabilidad de asumir las consecuencias de sus actos, luego
en la mía también. Y me dedica las siguientes palabras:
“Buenos presentadores se busca la Agrupación de Hermandades
y Cofradías de Almería para los certámenes de bandas. Vaya telita… Así nos va
en todo…”
Quiero agradecerle que me diga en público que mi trabajo no
ha sido el que a él le habría gustado. Incluso que opine que no lo he hecho
bien y que he cometido errores y equivocaciones. Quiero darle las gracias
también por su aportación a la obra benéfica de la Agrupación hacia la Casa de
Nazaret.
¿Que he cometido errores? Desde luego. Lo pasé fatal cuando,
entre mis papeles, era incapaz de encontrar el nombre del Director de la Banda
de Música “Las Golondrinas” de Vélez Málaga cuando le reclamé para entregarle
un recuerdo del evento, o cuando me salté el repertorio que esta misma banda
iba a interpretar o... Soy consciente de mis errores. ¿Qué mi manera de
conducir el evento no ha sido la que él esperaba? No creo que deba justificarme
por hacer las cosas como las siento ¿Qué hay gente más capacitada que yo para
hacer este trabajo? Por supuesto. Me vienen a la mente, para empezar, tres
nombres. Y, si lo pienso un poco más, seguro que encuentro otros tantos. Pero
también tengo claro que el nombre de “Liyos” Mora no está entre ellos.
¿Que así nos va en todo? Ya he dicho antes que nos estamos
equivocando todos los cofrades almerienses. Así que a cada uno nos corresponde
analizar cuánto somos capaces y estamos dispuestos a dar y actuar en
consecuencia. Logrando aciertos o cometiendo errores. Pero actuando,
implicándose.
Le he puesto de nombre a esta entrada “¿Quién es la
Agrupación de Cofradías?” porque quiero que mi respuesta sea TODOS. Pienso en
positivo porque quiero construir, no quiero destruir. Por eso busco el lado
bueno de todas las cosas, incluidos los reveses. Esta es mi postura, mi
compromiso y trabajo en consecuencia. Con mis errores y con mis aciertos, con
mi imperfección de hombre y mis anhelos hacia Dios.
Y te doy gracias, Rocío, por todas las señales y enseñanzas que
dejas en el camino que me lleva a tu bendito Hijo.