miércoles, 6 de junio de 2012

…para honrar a mi padre



A mi padre se lo debo todo. Seguramente todos habréis escuchado a alguien decir esa frase refiriéndose a sus progenitores pero son pocas las ocasiones en las que nos detenemos a pensar en el verdadero significado de esas cuatro palabras. Yo he tenido que perder a mi padre para entender lo que verdaderamente significan y, ahora que ya lo sé, es cuando las vuelvo a decir a boca llena y, por supuesto, en mayúsculas. SE LO DEBO TODO.

Podría empezar enumerando los detalles más insignificantes pero que son igual de valiosos que cualquier otro. La ropa que tenía para vestirme de niño, el calzado apropiado para cada circunstancia, un techo para cobijarme, una despensa llena…

Luego descubrí que, también gracias a él, tuve la oportunidad de disfrutar durante mi niñez del verano de un modo que no todo los niños podían y que, aparte de darme los veranos, también me dio la posibilidad de disfrutar de los inviernos al calor de una familia mucho más grande, una que se llama Hermandad del Rocío de Almería, y de descubrir las bondades del cielo gracias a una amorosa Virgen Almonteña

Gracias a mi padre Guadix y Granada son dos barrios de Almería en los que he jugado mil veces con mis primos como jugaba en Los Picos y en Aguadulce. Y también gracias a mi padre he visto un burro y un caballo pintados en una montaña cerca del Puerto de la Mora y ese secreto lo sabe muy poca gente.

Pero aún quedan muchas más cosas que le debo a mi padre

Gracias a él no me di cuenta de que mi madre no estaba. Aunque ella ya no estuviera en casa el funcionamiento de la familia siguió siendo exactamente el mismo. Mi padre no sólo era el que abría la cartera, también era el de “voy al médico, ¿Necesitas algo?”.

Gracias a mi padre he crecido en una familia particular pero completamente estructurada. He disfrutado de todos mis tios y de todos mis primos (también los de mi familia materna) y he tenido la posibilidad de crecer moviéndome a mi aire pero siempre bajo cobijo. Tengo una carrera universitaria, he podido crear mi propia familia y he salido adelante siempre con su apoyo y, en muchas ocasiones, también con sus sacrificios. Me ha concedido muchos caprichos y nunca me ha pedido explicaciones por nada. Gracias a su ancha, anchísima y protectora manga, he tenido una libertad de crecimiento  que no todo el mundo ha podido tener.

Y, como le dije a mi psicólogo en su día, creo que no lo he hecho del todo mal… Así que, si me siento orgulloso de ser quien soy, más orgulloso me siento de que, gracias a mi padre, pueda ser como he querido.

He vivido mil experiencias con él y he aprendido que, incluso una misma situación, puede verse desde perspectivas diferentes según en qué asiento del coche vas sentado. Mi padre vino a buscarme a Cáceres realizando con ello un sacrificio pero, por el contrario, también se pegó el gustazo de acompañarme a Barcelona y a Sevilla cuando tuvo la oportunidad. Eso sin contar el paseíto que nos dimos el día que grabé las imágenes para la promo de “Andalucía de fin de semana”.

Si es que hasta en eso soy igual que él; Tú déjame un coche y una carretera y soy la persona más feliz del mundo. Feliz como el padre que me hizo. Como el hombre al que mi nacimiento hizo tan feliz que no dudó en volear a una enfermera cuando le dijeron que, mi madre, había parido un pepillo.

Mi padre no me lo enseñó todo en vida sino que, por el contrario, terminó de explicarme un par de cosillas con su muerte…

Primero me hizo un último regalo y me enseñó cómo el cielo trata con un cariño especial a las buenas personas. Mi padre, aparte de la carga que le supuso sostener una familia sin su mujer y madre de sus hijos, llevó también sobre su conciencia hasta el último momento el peso de creerse culpable de la enfermedad de mi abuelo; una tetraplejia producida en un accidente de tráfico cuando mis abuelos se dirigían a verle cantar una misa rociera a mediados de los ochenta.

Y fue la propia Virgen del Rocío quien bajó del cielo para quitarle ese peso…

Hace un año mi padre llegó a postrarse a sus plantas padeciendo la misma enfermedad que le había arrebatado a mi madre, con el peso de lo de mi abuelo, con el cansancio de haber estado luchando durante años para mantener a su familia unida y, aún así, le quedaban ganas de pedirle a la Señora que le diera fuerzas para seguir protegiéndonos.

Pero la Virgen le propuso otra cosa. Después de recordarle que ya lo había hecho todo en esta vida y que, incluso superando las más difíciles situaciones, lo había hecho bien, le invitó a que descansara y a que se quedara junto a Ella en las marismas eternas. Se lo merecía. Se merecía dormirse en la aldea y hacerle con ello un regalo por su vigesimoquinto aniversario a su querida hermandad de Almería.

Y mi padre se durmió en el Rocío y la casa hermandad de Almería se convirtió en puerta del cielo…

La segunda lección aprendida ha sido más bonita incluso que la primera. Y es que, desde la perspectiva que otorga esta nueva realidad que hoy cumple su primer aniversario, tengo la posibilidad de ver con una claridad meridiana cuál ha sido la historia de mi padre, cuál ha sido su comportamiento conmigo y con todos los suyos, y cuál ha sido su recompensa. Ahora ya sé que tipo de persona quiero ser el resto de mi vida; Una que sea lo más parecida posible a mi padre.

Así que después de ver todo lo que me ha enseñado y todo lo que me ha dado, es normal que hoy quiera honrarle como se merece.

Gracias papá por darme la vida y dejarme vivirla a mi manera, por darme esta familia y por darme esta Fe. Como decía al principio de esta entrada TE LO DEBO TODO.

martes, 29 de mayo de 2012

…Para felicitar a Almonte por la romería del Rocío de 2012



Cuando conocí la noticia de que la nueva Junta de Gobierno de la Hermandad Matriz del Rocío de Almonte estaba presidida por Juan Ignacio Reales y que, en su equipo, aparecían otros nombres que ya me resultaban conocidos (Encuentro de Jóvenes Rocieros 1996, 1997) como son el de Santiago Padilla o el de Manuel Gordillo, sentí una satisfacción inmensa porque supe que, con ellos, la romería iba a evolucionar para adaptarse y resolver los problemas que la comenzaron a ahogar hace unos años y que requerían una actuación valiente para ser resueltas.

La primera noticia que llegó al universo rociero fue la de la admisión de nuevas hermandades filiales y la de la modificación de la presentación de hermandades de cara a la romería de 2013. Entonces supe que, como pasara en otras ocasiones de las que he tenido oportunidad de conocer gracias a un trabajo literario de S. Padilla, llegaba un nuevo cambio generacional al seno del Rocío y de la Hermandad Matriz que iba a traer prosperidad a la devoción rociera.

Después de disfrutar de la brillantez de los primeros compases de la romería de este año, con una presentación de hermandades inolvidable, una Misa de Pontifical tan solemne y profunda como la festividad de Pentecostés se merece y con un rosario de hermandades que, por fin, ha superado los escollos de finales del siglo pasado y se ha asentado como uno de los actos más vistosos de la romería (sin perder por ello su significado religioso) llegó el momento culmen de la romería; La procesión de la Virgen, y, con él, la última novedad que ha desarrollado la nueva Junta de Gobierno de la Hermandad Matriz y que, de nuevo, ha resultado ser un acierto.

Vi la salida de la Virgen desde la marisma y lo primero que me sorprendió fue que, allí fuera, se percibía perfectamente el clima de “calma” que se vivía en el interior de la ermita. Nada que ver con la euforia y nerviosismo que, en años anteriores, ha salpicado el salto de la reja y el inicio de la procesión con tintes de “fanatismo”, “bestialismo” y otras lindezas de las que los laicos le están dedicando con tanto énfasis en la actualidad a todo lo relacionado con la Religión.

Luego, en la calle Almonte (y después de que la Virgen bendijera a Almería con su visita), decidí meterme a llevarla tras varios años sin hacerlo, y cuál fue mi sorpresa cuando me encontré con decenas de camisas blancas alrededor del paso velando por la Virgen y por los hijos que la portaban. Solo estaba Almonte debajo de la Virgen y los forasteros lo teníamos complicado para meternos sin contar con ellos. Un amigo me contó que había pillado un par de “tarascás” en la cara y, como siempre, me apenó. Pero no porque piense que es un acto de bestialidad que un almonteño termine por darle una guantá a un forastero sino por todo lo contrario, porque no me parece de recibo que un forastero intente por la fuerza conseguir algo que, en justicia, solo corresponde a los almonteños.

Estuve alrededor del paso durante más de una hora, dejándome ver, colaborando fortuitamente cuando algún almonteño creía conveniente contar conmigo para contener a la muchedumbre y nunca intenté llegar a los varales abusando de mi envergadura (metro noventa de tío). Si la Virgen estimaba oportuno que cogiera sus varales y ayudara a sus hijos, llegaría ese momento. Y, si no pasaba, al menos habría tenido la oportunidad de colaborar mientras que disfrutaba de la cercanía de la Virgen y de su divina belleza y mientras le contaba todas las cosas que, como rociero y como hijo, quería compartir con Ella este año en el mágico momento de la procesión.

No pasó. Ni me agarré al varal ni metí el hombro en el costero. Solo tiré de los almonteños que estaban agotados para ayudarles a salir de debajo del paso y, con todo el respeto del mundo, compartí con Almonte la satisfacción de participar de esa manera en la procesión.

Luego saqué mis conclusiones y, por eso, es por lo que quiero felicitar a Almonte. Que una cuadrilla tan amplia de almonteños de todas las edades trabajara de manera coordinada para insuflar aire a los hermanos que cargaban con el paso, que tuvieran tan claro qué y cómo hacer si el paso iba al suelo y que se les viera “otra mentalidad” mucho más sosegada que en años anteriores es señal de que existe una evolución.

La Virgen es de los almonteños, es su patrona, y es Almonte quien tiene el privilegio de pasearla por la aldea y quien, como anfitrión, se preocupa de que, de manera organizada, también haya un hueco para los forasteros bajo el paso. Los forasteros no podemos entrar por la fuerza, ni podemos compararnos con los almonteños solo porque creamos que nuestro amor por la Virgen es igual que el suyo. Ya lo he dicho antes, hay que conocer la historia de este pueblo con su patrona para entender que, aun siendo todos rocieros (almonteños y forasteros), los almonteños la quieren de una manera especial que casi podría afirmar que viene definida en su ADN y que su posición de “pueblo elegido” por la Virgen del Rocío es la que justifica que ellos sean sus guardianes legítimos.

He visto a los almonteños preocupados de verdad por hacer las cosas bien y con orden. Hasta ahora Almonte defendía su derecho de llevar a su Patrona con las entrañas y con el corazón pero este año, además, han empezado a hacerlo también con la cabeza en igual medida y el resultado es ya conocido por todos los rocieros. La Virgen ha procesionado mejor que nunca y eso es un hecho. La procesión del año pasado fue el punto de inflexión, la evidencia de que las cosas no se estaban haciendo todo lo bien que se podían hacer y la llamada de atención para tomar las medidas oportunas para resolverlo. Y, después de arreglar el paso de la Virgen, se ha arreglado también el comportamiento de sus hijos alrededor de las andas.

Felicito a Almonte porque ha organizado y celebrado de un modo brillante la romería de 2012 (a todos los niveles y desde todas las instituciones) y felicito a los almonteños porque siguen ofreciendo a los forasteros la posibilidad de participar de la Fiesta en toda su amplitud. Se han sentado las bases de un nuevo modelo de procesión, muy similar a la que conocíamos hasta ahora pero mucho más ordenada. Almonte ha vuelto a hacer los deberes para que todos disfrutemos del Rocío. Ahora nos toca a los demás asimilar las nuevas normas, entender que, aunque a algunos les puedan parecer irracionales o autoritarias, son las mejores para garantizar que la romería siga siendo de todos y tenemos también que colaborar con el pueblo de Almonte para que ellos mantengan su privilegio, el de portar a su Patrona cuando sale en procesión. Si respetamos a Almonte, Almonte nos devolverá a cambio romerías tan brillantes como la de este año. Y creo que éste es un trato que nos conviene a todos los rocieros porque está hecho para construir en la Fe, no para dividir entre hermanos.

¡Felicidades Almonte! ¡Felicidades a la Hermandad Matriz! ¡VIVA LA VIRGEN DEL ROCIO!

sábado, 5 de mayo de 2012

…Para hablar del Toblerone



Ya estamos como siempre. En Almería se prevé la desaparición de un edificio y se monta la marimorena. Ahora es el turno del Toblerone, el gigantesco silo construido a mediados de los 70 y que ya forma parte del skyline de la ciudad. Bueno pues... Conforme se ha planteado la posibilidad de su derribo, Han aparecido los grupos que defienden que siga en pie y se le dé un uso de aprovechamiento social como si fuera un delito pensar en derribarlo.

¿Pero qué vas a meter tú ahí que funcione, chiquillo?

El Toblerone no es útil ni es aprovechable. Es un particular símbolo de la ciudad, sí, pero tampoco es “pa tanto”. ¿Qué haces ahí? ¿Un museo? ¿De qué y pa qué? En Almería tenemos muy buenos museos y no los conocemos. ¡Si hasta hay quien dice eso de que nunca ha subido a la Alcazaba!
Pues meto un centro comercial, unos cines y un auditorio… No llenamos los que tenemos nenico, ¿Vas a meter otro?

Ahí hay una cantidad de metros que son la leche y en los que se pueden hacer muchas cosas sin tener que soportar las limitaciones que plantea el Toblerone. ¿Queréis un centro social? Po hay metros pa diez, ¿Queréis un museo más pequeñico? Pues también hay sitio pa otros diez… ¡Si hasta podemos dejar una rodajica de toblerone en pie de recuerdo! ¿Pa qué lo queremos entero si, entero, no nos vale pa ná?

Es más, si es que hasta me lo imagino con dos altos campanarios flanqueándolo y también lo veo grande de más. Mu chulo como iglesia, pero mu grande.

Yo creo que lo mejor que se puede hacer con él es hacerse a la idea de que lo vamos a hacer pedacicos pero que, antes de meter la excavadora, tenemos oportunidad de presentar mil propuestas distintas que alcancen el equilibrio que tanto me gusta y que se encuentra en el término medio.

(Es que Lo estoy viendo… peazo de parque con dos glorietas peatonales en los extremos, con el suelo de albero  y presidida cada una por un quesito de Toblerone (los de los extremos actuales, por ejemplo) y flanqueadas por una arboleda frondosa de palmeras y pinos. Unos kioscos en el perímetro de la glorieta, el parque para perros, el bulevar de las sedes sociales (locales para pequeñas asociaciones), el jardincico botánico… ¡¡Y uno de los campanarios!! Y, pues fíjate, hasta la capillica pa la Cofradía del Encuentro si te pones…)

Pues no caben cosas ni ná en esa jartá de metros…

lunes, 9 de abril de 2012

…Para contaros cómo me ha ido la Semana Santa de 2012


Os digo desde ya que ha sido un pelotazo, pero además desde el minuto uno. Lo que pasa es que ya sabéis lo que me gusta a mi escribir cuando me da el venate y, sinceramente, me apetece dejar plasmado por escrito este cumulo de emociones y sensaciones que me ha producido la Semana Santa de este año.

Han pasado muchas cosas, muchísimas! Desde lo de hacer Interalmeria hasta que le dediquen a mi padre una levantá y dos crespones negros o que, incluso, yo me lleve una levantá de mis hermanos de Prendi y las felicitaciones de muchísimos de vosotros. Tengo un subidón todavía que no os podéis hacer una idea…

Voy por partes…

Lo de Interalmeria es algo que nunca podré agradecerle tanto como se lo merece a José Ramón Suarez, bloguero de “Lo cofrade”, entre otros, y a quien la Señora de la Merced decidió un día cruzar en mi camino para fundir una amistad muy particular (porque ambos somos “pa echarnos de comer aparte) de las que duran para toda la vida. Gracias Mon!

Hacer tele y prensa escrita ha sido un auténtico regalazo!!

Por un lado en la tele he podido charlar de semana santa y transmitir emociones conforme me iban surgiendo. Y hacerlo, además, dentro de unas directrices que se podrían definir como “del gusto cofrade” que, afortunadamente, conozco y comparto. Y he compartido experiencias, momentos, datos, anécdotas, vivencias,… Y he descubierto que, con la tontería, yo ya no llevo una mochililla de recuerdos sino que ando cargado con maletas y que son ya muchos años los que llevo intoxicado con el bendito venenillo cofrade.

¡Soy un viejales de la Semana Santa!

¿Cuántos van ya? Pues van, casualmente, veinticinco años y veintiséis Semanas Santas… ¡¡El antifaz de oro!!... Y, de ellos, quince años (dieciséis semanas santas) relacionado con el mundo de la prensa. ¡Joder! Aquella Galería de nazarenos de La voz… Y, este año además, diez con Ideal.

Para Pepe!! Que te pierdes del tema!!

A lo que iba… Que he hecho tele como quería hacerla y, al parecer, ha gustado y que, además, he tenido la oportunidad de escribir como me apetecía en el periódico y, al parecer, también ha gustado. Vuelvo a ser un tío afortunado. ¿Quién se puede permitir el lujo de “violar” las leyes periodísticas y hacer prensa como le da la gana, que su manera de hacerlo guste al espectador, al lector y al lector y espectador cofrade, que el hecho de hacerlo le ponga las pilas anímicamente y que, encima, le paguen por ello? A ver… que tengo que empezar a contar a ver a cuánta gente tengo que darle las gracias de todo corazón…

Ah! Otra cosa! Y que sepáis que el ánimo que muchos de vosotros me transmitisteis por adelantado al conocer la noticia de que iba a hacer la tele, me sirvió para ser prudente y responsable en lugar de para emborracharme de euforia. Ese es otro detalle del que he sido consciente y que me vuelve a demostrar que estoy empezando a hacer las cosas como deben hacerse. Así que, de nuevo, muchísimas gracias a todos por ayudarme a ir madurando, creo que formamos un buen equipo.

Y la gente que me ha felicitado a posteriori… Os lo agradezco tanto como a los demás y, a todos, os digo que estoy convencido de que no he hecho nada que no fuerais capaces de hacer vosotros si tuvierais la misma oportunidad. Ni siquiera ahora me emborracho de euforia porque sé que lo que he hecho no me hace diferente a los demás, ni tampoco me hace olvidar que también cometo errores.

Y eso no es todo…

Quienes habéis seguido la programación habréis escuchado las dos levantas que han llevado mi nombre. Pues que sepáis que son las dos primeras levantás de mi vida y que me han calado mucho más hondamente de lo que podáis suponer.

Emilio Salvador le dedicó la levantá a su amigo Pepe Leyva y a su padre que, en esos momentos, ya estaría con la Señora (del Primer Dolor) viendo Semana Santa desde el cielo. Pues sí… La primera Semana Santa que mi padre ve desde el balcón celeste en lugar de hacerlo desde las púrpuras tribunas. Y, casualmente, quien este año ha estado en la tribuna durante toda la Semana Santa he sido yo… ocupando el lugar que él ha dejado.

Luego mi Juan Andrés me levantó el misterio del Prendimiento tras llamarme “espectador de lujo” y caí en la cuenta de que, seguramente, mi padre se había encargado de orquestar toda la maniobra para que yo fuera ese espectador de lujo que, encima, estaba haciendo lo que más le gustaba del mundo.

Y, ahora, llega mi reflexión…

A mi padre le encantaba presumir de mí, se hinchaba de orgullo de lo bien que escribía “su Pepillo” y de lo bien que lo hacía por la tele (tanto que, como dato anécdotico para que entendáis lo que os digo, no solo guardaba los recortes de prensa sino que, además, le hacía fotos a la tele cuando yo salía). Bueno pues… Parece ser que, ahora, desde ahí arriba, tiene la posibilidad de mover más hilitos y de llegar a más gente para seguir presumiendo de mí.

Si a eso le sumamos que, además, en memoria de mi padre este año han lucido crespón negro las Vírgenes del Primer Dolor (del Amor) y la de Los Dolores (del Entierro), que son las Vírgenes con las que mi madre desfilaba en procesión todos los años desde que Rocío nos tocó con su magia, pues entonces no cabe duda de que esto es cosa de los dos y de que, efectivamente, los ángeles de la guarda existen.

¿Y qué mejor momento de probar la existencia de la corte celestial y, por tanto, la propia existencia de Dios que en Semana Santa? Por eso soy creyente, porque las cosas buenas que hacemos nos las dicta el cielo y es el propio cielo quien, por medio de señales, nos recompensa con el modo de poder seguir haciendo cosas buenas.

Por eso en Semana Santa siempre soy feliz y por eso, la de este año, ha sido la más feliz de mi vida.

miércoles, 21 de marzo de 2012

…Para divagar sobre el Paseo, el Perdón y la Soledad



Hay ocasiones en las que a los capillitas se nos olvida que los acontecimientos cofrades ocurren cuando Dios quiere y no cuando se le plantan a nuestros santos cojones. En estos casos siempre suele ocurrir algo que nos recuerda que, en las lides religiosas, los hilos se mueven directamente desde el cielo. Ocurren detalles que hacen saltar las alarmas para que reaccionemos y pensemos “Coño! Es verdad! Esto tiene que significar algo…”

Pues esa es la reacción que yo he sentido con el follón de Carrera Oficial de este año y con que haya habido dos hermandades que han actuado como lo han hecho.

Seguramente el cambio de la Carrera Oficial del Paseo a la Plaza de la Catedral estaba débilmente cogido con hilos y, por eso, Dios nos ha frenado utilizando para ello su brazo en la tierra: La Iglesia Católica. Y mira que a los hijos nos gusta rebelarnos contra nuestros padres… ¡Digo el follón que montamos! (Yo el primero, ojo). Un poco más y le damos sentido literal a la pintada esa que dice lo de que “la única iglesia que ilumina, es la que arde”.

Bueno pues, tras los días de revolución, se pasó a la tensa calma y, en ella, ¡ZASCA! ¡Notición! En los itinerarios aprobados por el Obispado nos encontramos con que quince (de veinte) hermandades van a pasar por la Catedral y con que son dos las que, este año ya, NO van a ir al Paseo.

¡Coño! ¿Quiénes han sido las valientes?

Pues han sido las dos que tenían que ser porque, a mi entender, es que no podían ser otras más que éstas. Y, de nuevo, al pensar en que han sido las cofradías más oportunas que uno pudiera imaginar, es cuando vuelvo a ver la mano de Dios moviendo los hilitos.


¿Qué tienen de especial las hermandades del Perdón y de la Soledad para que tengan que ser ellas, y no otras, las adecuadas para, este mismo año, no ir al Paseo? Pues que, si hay una hermandad que guste a todos los almerienses (incluso a los que no le gusta la Semana Santa), es el Perdón y, si tiene que existir una hermandad que tenga total autoridad para enseñar Semana Santa, esa es la de Cofradía decana de la ciudad: La Soledad.

Una para enseñar a los devotos y otra para enseñar a los profanos…

Cuando el Martes Santo la mitad de Almería se quede como una boba esperando al Perdón en el Paseo, se enterarán de que hay un plan para cambiar la Carrera Oficial. De manera que ya TODA Almería sabrá que nos vamos. Y, cuando el Viernes Santo, la Soledad sea la última hermandad en procesionar, la más antigua de la ciudad y tampoco pase, nos estará diciendo que, a partir del año que viene, todos a hacer lo mismo que ella. Que ahora sí que podemos y somos capaces.

Y el año que viene… ¡A la Catedral!

(Pd: Y, ahora que lo pienso, mira que me sentaría mal que los Mayas acertaran con sus predicciones y el mundo se acabara en 2012 porque, entonces, más de uno se moriría con la risita de “¡joderos! Que, hasta el final, os mantuvimos en el Paseo”. Poquita gracia me haría…)

miércoles, 14 de marzo de 2012

…Para contaros mi 37 cumpleaños



Ayer quise aprovechar y colgar algo en el blog. Empecé a escribir un homenaje a mi padre para el día de mi cumpleaños y, al final, no lo terminé. Me entristecí y me quedé bloqueado. Las palabras no fluían aunque, lamentablemente, lo que sí que fluyó fue el sentimiento de pena porque, por primera vez, mi padre no iba a estar para mi cumple… Que palo, ¿No?

Y esas fueron las vísperas del día de hoy. Horas en las que la pena me tuvo las entrañas revueltillas y sembrando dudas sobre cómo sería el catorce de marzo de dos mil doce. No os preocupéis, la cosa no ha ido tan mal…

Lo cierto es que anoche a las doce en punto empecé a recibir las primeras felicitaciones. Primero Sonia, luego otra amiga por el famoso whattsapp, las primeras felicitaciones en el facebook… Y, esta mañana, la cosa ha seguido con las llamadas de teléfono. Mis cuñados, mis amigos…

He bajado a Andalucía Compromiso Digital a hacer un acompañamiento. Es una organización donde colaboro de voluntario y en donde me han recibido muy cálidamente. Claro, a todos les había chivado el facebook qué día era hoy aparte de que, ayer, yo mismo se lo dije a Celia cuando me llamó para ofrecerme el acompañamiento. Así que, lo primero que he hecho hoy ha sido colaborar altruistamente a que un par de usuarios aprendieran a utilizar un poco más el ordenador e internet.

Después me he ido a Los Picos. Es donde tengo montado mi despachillo de trabajo y, como además es la casa familiar, nos íbamos a juntar allí para comer. Quería aprovechar el rato para terminar de montar el video de boda que le voy a regalar a sus protagonistas y que, por causa de la avería que ha tenido a mi ordenador dos meses y medio fuera de juego, no había podido terminar aún. Que ya sabéis cómo va esto: “No tendré trabajo… pero trabajo no me falta!!”.

Y seguían cayendo felicitaciones por el facebook y por el whattsapp…

El ratico de comida familiar ha sido precioso. Primero he estado de charloteo con mi hermana Nieves y su familia (Marcel, Daniel y el pequeño Mini-Yo) vía Skype, que así Schäftlarn y Almería han estado tan solo una pantalla de distancia. Luego he comido con mis otras dos hermanas (Marienca y Mariaje, que son dos soles (sobre todo mi Mariaje, que se rompe de buena que es)), con mi cuñado Joaquín y con Sonia, mi Sonia... Y, finalmente, ha llegado mi sobrina Alba con lo que he tenido la oportunidad de poder estar con todos los míos. 

Con todos los que quedamos…

No estaba mi padre y le he echado de menos. Pero, sin embargo, el dolor que presuponía que iba a sufrir no ha sido tan fuerte como esperaba porque, en realidad, no tiene sentido que así sea. ¡¡Claro que estaba!! Como estuvo en el cumpleaños de Marienca, en el de Nieves, en el de Mariaje y como estuvo también en Navidad. Todos esos días pasaron y, por difíciles que parecieran, sobrevivimos. ¿Por qué iba a ser hoy diferente? Pues eso, que ser capaz de hacer esa reflexión es lo que ha dulcificado el día. Gracias Marienquita, eres un cielo.

Después de comer de barbacoa en la terraza de Los Picos he ido a echar un ratico más con el video de la boda y, en el facebook, seguían llegando felicitaciones. Hay gente que piensa que las felicitaciones de las redes sociales son de mentira porque una maquinita te lo está chivando. Pero yo no las veo así. El simple hecho de que alguien se tome un segundo en escribir algo significa que soy lo suficientemente relevante en su vida como para querer dedicarme unas palabras. Oye, pues estas felicitaciones ya no deberían parecer tan de mentira, ¿No crees?

Y, rondando el centenar de alegrías, me he ido al psicólogo…

 A ver, no soy el primero ni seré el último que caiga en una depresión por el fallecimiento de su padre y, como un psicólogo es un especialista de la salud como cualquier otro, no tengo que esconderlo como no se esconde cuando eres niño la ilusión por que te pongan gafas. Es más, afortunadamente fui consciente de que tenía que ponerme en manos de uno porque, si algo tiene la depre, es que si la padeces pasas tres mierdas de todo, hasta de curarte.

Menos mal que me di cuenta de que ese no era el camino...

Estoy sacándome, como se diría vulgarmente, “toda mi mierda”  y resulta que hay muchas más cosas de las que yo mismo podía pensar. La cuestión es que el día de hoy ha sido especialmente productivo. Los que habéis ido alguna vez a terapia, sabéis como va… Si hay algún tema que te ha rondado por la cabeza y que no tienes claro, lo cuentas y, a partir de ahí, se despieza hasta encontrar de dónde viene, qué produce y cómo se soluciona. Bueno pues llevaba un par de cosas que necesitaba soltar y se han resuelto en un momento.  Ahora vienen las fases esas de “interioriza, asimila y actúa” y,aunque no vaya a superarlas de la noche a la mañana, al menos estoy siendo consciente de ello y sé cómo se arregla.

Que ya es otro pasito más…

Luego he vuelto a casa y, aquí estoy, escribiendo esta entrada de blog en un archivo previo de Word en una ventana que ocupa media pantalla y comprobando en la otra media que me siguen llegando felicitaciones al Fb y que el número rojito de las actualizaciones, no hace más que subir.

Me está dando en la nariz que soy un tío afortunado…

A las nueve menos diez de la tarde, solo las del facebook, van por ciento diecinueve... Va a ser que sí, que soy un tío afortunado. Junto con las llamadas, los whattsapps, y la gente que aún queda por felicitarme, que más de ciento treinta personas se hayan querido detener un segundo a desearme un feliz cumpleaños significa muchas cosas.

Y lo mejor de todo es que todas son buenas…

Así que, después de haber tenido un ratico para hacer algo de corazón, otro para haber hecho algo por devoción, después de haber tenido la oportunidad de estar con toda mi familia, de ver que, aunque sea poquito a poquito, voy avanzado con lo mío, de comprobar la cantidad de gente que me quiere y de, encima, haberme salido esta entrada de blog que me recordará este día cada vez que lo necesite, a quienes me preguntéis qué tal me ha ido mi trigésimo séptimo cumpleaños no os diré que ha sido un día genial y perfecto, sino que os diré otra cosa:

¡Qué pedazo de regalo se ha currado mi padre! 


jueves, 1 de marzo de 2012

…para contaros que estoy enamorado de Almonte.

Podría decir que, principalmente, es por su gente… Pero, sobre todo, es por el amor incondicional que sienten por su patrona sobre todas las cosas.

La historia entre los almonteños y la Virgen del Rocío es muy partícular y viene muy de lejos. Hay que conocerla desde el principio para poder entenderla.

A ver qué tal me explico...

Desde el primer momento los almonteños sintieron una especial predilección por la Virgen que estaba en la pequeña ermita de las Rocinas. Aquella Virgen protegía el campo, atendía las peticiones de sus devotos y contaba con una leyenda preciosa que la vinculaba irremediablemente con el pueblo de Almonte. Si la Virgen había elegido para vivir aquel lugar que pertenecía a aquel pueblo, los vecinos aceptaban gustosos la misión de venerarla y defenderla.

Así que, desde la noche de los tiempos, se estableció el estrecho vínculo entre el pueblo y la Virgen. Ella cuidaba de ellos desde el cielo y ellos la cuidarían a Ella en la tierra…

Con el paso de los años el cariño por la Virgen que estaba en las Rocinas fue creciendo y calando en los corazones almonteños. Tanto es así que, en 1607, la Virgen fue llevada al pueblo por primera vez para rogarle que les librara de la sequía. La primera que sepamos, claro, porque no existen documentos que informen de traslados anteriores.

Dos veces más irían los almonteños a traer a la Virgen al pueblo para rogarle por las terribles sequías (aparte de otra por peste) antes de reconocerle esos favores de un modo especial. Esa relación con el agua, que siempre aparecía cuando se recurría a la Virgen de las Rocinas, puede que sirviera de inspiración para empezar a llamarla Rocío. Nombre que, desde luego, la virgen inspiró a los almonteños y no sin mística alusión:

“aunque viva en Las Rocinas, quiero tener otro nombre. Uno que diga quién soy y que recuerde de dónde ¡Podéis llamarme Rocío! Rocío como el Rocío del Espíritu Santo que fecunda vuestros corazones con su venida. Así, además de ser mística y universal, mi nombre os recordará que soy Rocío la de las Rocinas, la almonteña de la pequeña ermita al lado de la marisma…”

Que trajera las lluvias al campo y que les librara de la peste fueron motivos más que suficientes para que los almonteños decidieran que había que nombrar a la Virgen de las Rocinas patrona de Almonte. Y, entonces, llegó la primera vez en la que el pueblo tuvo que demostrar que su amor por aquella Virgen era especial e intocable.

A principios del S.XVII España aún estaba organizada de un modo casi feudal y Almonte era una población que dependía del Ducado de MedinaSidonia. Pues bien… En 1618 el VIII Duque de Medina Sidonia había nombrado como patrona de Almonte a la Virgen de la Caridad y, treinta y cinco años después, los almonteños  decidieron hacer caso omiso de los deseos de aquel Duque e impusieron su voluntad ante el existente en ese momento, el X Duque. Voluntad, por supuesto, de pueblo agradecido al cielo que les protege. Y, en 1653, Nuestra Señora de las Rocinas fue proclamada patrona de Almonte “por siempre jamás”.

A pesar de que, sobre el papel, el nombre de la Virgen continuaba siendo “de las Rocinas” ya nadie en el pueblo la llamaba así. Su patrona era Rocío y, antes o después, se encontraría el modo de resolver aquel pequeño problema.

Y el problema se resolvió cuando la primitiva cofradía de la Virgen de las Rocinas redactó sus nuevas reglas para ordenar el culto y la devoción a la patrona de Almonte. Desde ese momento la Hermandad Matriz deAlmonte declaró el nombre de la patrona como Rocío, en alusión a la venida del Espíritu Santo, organizó los cultos y su modo de celebrarse y los cambió de fecha trasladándolos del mes de Septiembre a la festividad de Pentecostés.  Era 1758 y el pueblo decidía que, desde entonces y para siempre, celebrarían en romería con su patrona la venida del Espíritu Santo.

Ya era  la Patrona, ya se llamaba Rocío y, además, seguía siendo la almonteña de la pequeña ermita al lado de la marisma. Aquella a la que recurrir cuando el pueblo estaba en apuros y con la que también celebraban los parabienes inesperados o… “caídos del cielo”.

Los almonteños se emborracharon de Rocío. Sentían la protección divina y, aunque es cierto y loable que estaban dispuestos a defender con la propia vida a su patrona si era preciso, también es verdad que hubo algunos que, henchidos de valor y escudados en la protección divina, se volvieron incautos.

En 1810 treinta y cinco almonteños asesinaron a un Capitán Francés y a varios soldados durante la ocupación de las tropas Napoleonicas. Y, como es de suponer, los franceses no tuvieron intención de quedarse de brazos cruzados ante tal barbaridad y reaccionaron ordenando que ochocientos dragones pasaran a cuchillo a todo el pueblo. Así que la valentía insensata de unos los puso a todos en peligro y, de nuevo, se recurrió a la Virgen para que les librara de la represalia que les iba a caer encima.

“Señora, reconocemos la barbaridad de nuestro pecado y nos sentimos profundamente apenados. Sabemos que somos indignos de pediros un favor así pero, como hijos vuestros que somos, necesitamos pediros que nos perdonéis y nos defendáis. Prometemos agradeceros tal favor  en nuestro nombre y en el de las generacions venideras por siempre jamás”

Y ya sabéis que los franceses nunca llegaron a Almonte y el por qué del voto del Rocío Chico de 1813…

El pueblo aprendió de aquella lección porque, incluso en un caso así, la Virgen les había protegido. Se ampliaron los cimientos de aquella relación y el amor entre la Virgen y Almonte creció como una hiedra que se enreda derrochando belleza sin encontrar de dónde viene una rama ni de dónde viene la otra. Las muestras de amor se multiplicaron tanto como las ganas inagotables de defenderlo.

Y el pueblo tuvo oportunidad de defender su amor por su patrona en dos ocasiones. Primero contra el gobierno y luego, incluso, contra la Iglesia.

En 1932, por esas leyes que se dictaron durante la II República, se tuvieron que quitar del Ayuntamiento de Almonte todas las referencias religiosas, incluido el azulejo de la Virgen del Rocío que, desde siempre, había estado en el edificio. El pueblo no podía permitir aquello y necesitaba demostrar que el amor a su patrona estaba por encima de cualquier ley política. La solución fue sencilla. A la mañana siguiente del día en que se había quitado el azulejo, la fachada principal del ayuntamiento tenía colgados todos los cuadros de la Virgen que había en las casas de los concejales. Varios vecinos entraron en ellas al asalto para demostrar que, incluso en las casas de los políticos, la Virgen del Rocío era la protagonista y la protectora.

Luego, en 1956, se enfrentaron con la Iglesia…

Aquel año los almonteños querían traer a la Virgen al pueblo por varios motivos pero, principalmente, “porque hacía ya tiempo, siete años en concreto, que la Virgen no venía”. Tres años antes se había creado la Diócesis de Huelva, cuyo primer Obispo era D. Pedro Cantero. Y la Hermandad Matriz decidió, por cortesía, informar al Obispo de que tenían intención de celebrar aquel traslado. El caso es que, de primeras, D. Pedro se negó a autorizarlo porque, a su entender como autoridad eclesiástica del momento, no existían razones para que se celebrara y, entonces, el pueblo tuvo que sacar las garras de nuevo para demostrar que su amor por la virgen estaba por encima de todo y que nadie podía interponerse entre ellos.

Por las calles del pueblo se escuchaba “la Virgen viene” y la gente empezó a revolverse. A uno que tiró unos cohetes en la puerta del cuartel de los civiles lo detuvieron por alterar el orden público y, a un amigo suyo, lo detuvieron por gritar a la ventana de su celda “la virgen viene”.Estas detenciones provocaron aún más a los vecinos y la tensión comenzó a ser preocupante.

Cuando el Obispo se enteró de que las cosas se estaban poniendo tan feas se dio cuenta de que Almonte era especial, de que aquella relación entre el pueblo y la Virgen era realmente especial. Entonces decidió cambiar de opinión y él mismo acudió a Almonte para darles la noticia de que era cierto y que la Virgen venía. El pueblo, visiblemente agradecido, concedió al Obispo el privilegio de quitarle a la Virgen el pañito cuando llegara al Alto del Molinillo, en el Chaparral.

La política y la Iglesia habían comprendido que la relación entre Almonte y su patrona era especial. Que los lazos de unión que existían entre ambos eran tantos y tan fuertes que nadie podría romperlos ni separarlos siquiera.

Y, entonces, llegamos los forasteros…

Gracias precisamente a que D. Pedro Cantero facilitó la propagación de la devoción rociera con carreteras, medios de comunicación y otras herramientas, fue creciendo el número de personas que descubrían la verdadera Gracia de la Virgen del Rocío… ¡Un millón en 1980! Todos íbamos llegando y descubriendo la fuerza de su nombre, empapándonos de su amor, del mismo amor que cautiva a los almonteños desde hace siglos.

Llegamos los nuevos inventando mitos y caminos “que si los almonteños saltan la reja al amanecer vestidos con camisas caquis, que si quien no ha dormido en Palacio no conoce el Rocío…” ¡tantas tonterías y todas tan lejanas a la realidad! Y, encima, llegamos a creer, por el amor que sentíamos por su patrona, que nos encontrábamos a su mismo nivel y que teníamos los mismos derechos que ellos.

Llegamos los nuevos sin darnos cuenta de que el Rocío es simple y llanamente el amor incondicional por la virgen y sin percatarnos de que Almonte lleva viviendo y defendiendo ese amor desde hace siglos hasta el punto de que ha echado raíces allí. Es un amor que vive en Almonte y que se alimenta de Almonte.

Llegamos los nuevos y Almonte no se enfadó por traer tanta tontería. Todo lo contrario. Decidió compartir con nosotros el amor infinito de su Patrona y hasta aceptó tener que modificar sus viejas tradiciones para que todos pudieramos celebrar la romería juntos. Y, aún así, no le duele. Está encantado de poder enseñarnos cuál es el verdadero sentido de la devoción rociera y está feliz porque tantos devotos y de tan diferentes lugares sintamos, como sienten ellos, la irrefrenable atracción que produce la almonteña que vive en la pequeña ermita al lado de la marisma.

Por eso estoy enamorado... Porque mi amor por la Virgen nunca será capaz de alcanzar el que le tiene su pueblo...  Y Porque amar a Rocío es también amar a Almonte.