sábado, 5 de mayo de 2012

…Para hablar del Toblerone



Ya estamos como siempre. En Almería se prevé la desaparición de un edificio y se monta la marimorena. Ahora es el turno del Toblerone, el gigantesco silo construido a mediados de los 70 y que ya forma parte del skyline de la ciudad. Bueno pues... Conforme se ha planteado la posibilidad de su derribo, Han aparecido los grupos que defienden que siga en pie y se le dé un uso de aprovechamiento social como si fuera un delito pensar en derribarlo.

¿Pero qué vas a meter tú ahí que funcione, chiquillo?

El Toblerone no es útil ni es aprovechable. Es un particular símbolo de la ciudad, sí, pero tampoco es “pa tanto”. ¿Qué haces ahí? ¿Un museo? ¿De qué y pa qué? En Almería tenemos muy buenos museos y no los conocemos. ¡Si hasta hay quien dice eso de que nunca ha subido a la Alcazaba!
Pues meto un centro comercial, unos cines y un auditorio… No llenamos los que tenemos nenico, ¿Vas a meter otro?

Ahí hay una cantidad de metros que son la leche y en los que se pueden hacer muchas cosas sin tener que soportar las limitaciones que plantea el Toblerone. ¿Queréis un centro social? Po hay metros pa diez, ¿Queréis un museo más pequeñico? Pues también hay sitio pa otros diez… ¡Si hasta podemos dejar una rodajica de toblerone en pie de recuerdo! ¿Pa qué lo queremos entero si, entero, no nos vale pa ná?

Es más, si es que hasta me lo imagino con dos altos campanarios flanqueándolo y también lo veo grande de más. Mu chulo como iglesia, pero mu grande.

Yo creo que lo mejor que se puede hacer con él es hacerse a la idea de que lo vamos a hacer pedacicos pero que, antes de meter la excavadora, tenemos oportunidad de presentar mil propuestas distintas que alcancen el equilibrio que tanto me gusta y que se encuentra en el término medio.

(Es que Lo estoy viendo… peazo de parque con dos glorietas peatonales en los extremos, con el suelo de albero  y presidida cada una por un quesito de Toblerone (los de los extremos actuales, por ejemplo) y flanqueadas por una arboleda frondosa de palmeras y pinos. Unos kioscos en el perímetro de la glorieta, el parque para perros, el bulevar de las sedes sociales (locales para pequeñas asociaciones), el jardincico botánico… ¡¡Y uno de los campanarios!! Y, pues fíjate, hasta la capillica pa la Cofradía del Encuentro si te pones…)

Pues no caben cosas ni ná en esa jartá de metros…

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