De todo corazón, además. Porque cuando tenemos que estar, estamos; Tanto si hay que dar el paso valiente de coger las riendas, como si hay que respaldar al hermano que así lo hace. Y, si Juan Salvador ha sido el valiente, la hermandad ha sido su familia y ha estado con él.
Casi un veintinueve por ciento del censo electoral ha pasado por la urna a depositar su voto. Noventa y tres hermanos, ochenta y cuatro respaldando a su hermano Juan José. Eso es bonito, y me alegro por la satisfacción que debe producirle a quien va a ser mi hermano mayor. Se la merece por su valentía.
Pero es que la hermandad es más grande porque los hermanos tienen familia y amigos que también son hermandad. Y cuando, una noche tan grande como la de unas elecciones, tienes la suerte de encontrarte y de estar con más de ciento y pico hermanos, eso también es bonito.
Así, de golpe, ciento y pico caras conocidas que te alegras de ver y con quienes tienes la oportunidad de compartir un ratico. Eso es muy grande, muy pleno y muy bonito.
Es una razón más para quererte.
También me has regalado alguna que otra cosilla personal pero, de esas, ya hablamos otro día. Hoy quiero dedicarle esta entrada a la hermandad. Se la merece.
Que seas Tú la que nos mueve y la que hacen que vivamos tantas cosas bonitas y que las vivamos pensando en tí y en lo grande que eres es, sin duda, otra razón más para quererte.
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